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viernes, 22 de septiembre de 2017

Ya lo decía yo...

En mi entrada de fecha 28-7-17 comentaba la inquietud que me producían una serie de hechos que había observado durante el verano. Lo más sobresaliente para mí era la disminución de vencejos y la práctica desaparición de las hormigas de mi jardín, entre otros eventos preocupantes.

Y hete aquí que me encuentro con este artículo de El País en el que de forma detallada se hacen eco de esta misma preocupación sólo que aportando datos y concretando mucho más.

Allí comentan la enorme inquietud que existe en este campo de la ciencia por la "brutal desaparición del número de individuos de casi todas las especies de insectos". 

También se habla de otra circunstancia que -hasta ahora- me había pasado desapercibida cual es el "fenómeno parabrisas" es decir la constatación de que los conductores ya no nos vemos en la necesidad de limpiar la miríada de insectos que se estrellaban contra cualquier punto de la carrocería de nuestros vehículos.

La gravedad de esta situación no se le escapa a nadie. Las consecuencias para la fauna pueden ser demoledoras. Ya lo están siendo. Aves, anfibios y reptiles están en franca decadencia. Cualquiera lo puede constatar si sale a dar un paseo por el campo.

Lo malo es que no parece que haya una gran preocupación por la situación entre la gente de a pie. Todavía no se han encendido las señales de alarma. Vivimos tan inmersos en nuestro universo particular que no somos capaces de detectar las inquietantes llamadas de auxilio que nos está enviando la naturaleza.

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo, cuando llegué a Alpartir hace treinta años me quedaba maravillado por la cantidad de lagartos que me encontraba en el campo. Recuerdo que tenían un color verde claro llamativa espectacular, hoy, apenas me encuentro alguno, igual que las culebras y vencejos, pocos se ven últimamente. Como dices será una llamada de alerta de la naturaleza porque algo no estamos haciendo bien. Algo de canguelo entra, hoy todo está un poco desordenado,... Paciencia tendremos que tener. Un abrazo José Luis.

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